Vamos Miguel
Etapa 15 (7 de septiembre) Ponferrada/ Villafranca del Bierzo/ O Cebreiro/Samos. (90 km).
Esta mañana me levanté a las 7 y después de regalarle nuestro pañuelo a una simpatiquísima peregrina de Sevilla que quiere compartirlo por Andalucía me dirigí a la plaza de Ponferrada para desayunar tranquilamente, ya que aún era de noche. Hacía frío pero menos que ayer en Astorga.
Hoy sabía que me debería enfrentar a la subida para mí más dura de todo el viaje y solo me preocupaba no romperme muscularmente, ya que hoy aparte del dolor crónico de rodilla que arrastro desde Cuenca, me ha dolido muchísimo el isquio de la misma pierna y sentía una sensación como si fuese a romperse en cualquier momento. Total que me he pasado gran parte de la subida forzando con la pierna derecha e intentando acompañar con la izquierda, y no será que no he tenido tiempo de calentar porque cuando he afrontado la tremenda pared de este puerto de 10 km ya llevaba 50 km en el cuerpo.
Según he leído por ahí hay que superar unos 600 metros de desnivel en 10 km más o menos. Y yo como siempre haciendo gala de mi cabezonería he intentado no bajarme de la bicicleta, (cosa que no he podido conseguir) aunque he mejorado mi marca y solo he empujado durante unos 400 m en todo el puerto.
Al coronar el puerto he comido un bocadillo y al rato ya estaba otra vez sobre la bicicleta para encarar sin yo saberlo el puerto do Poio, del que no me acordaba ya. Lo bueno de ser un inconsciente es que no he sufrido hasta el momento en que me he dado cuenta.
Al final entre tanta subida y bajada al haber mucho calor subiendo y aire frío en la cima me he desempeñado y he sufrido para llegar a Samos que estaba a unos 30 km de Cebreiro. Ha sido un tramo de bajada pero yo ya estaba helado. Nada más llegar al monasterio que hace de albergue me he tenido que tomar un paracetamol.
Y para no estar hablando siempre de mis miserias os recomiendo que si vais por Ponferrada probéis el pulpo que hacen en el mesón las cuadras, allí regalé el primer pañuelo de anémona de esta jornada. El segundo se lo he regalado nada más levantarme a una peregrina muy simpática de Sevilla que se va a encargar de compartirlo por Andalucía y el tercero a mis compañeros durante gran parte de la etapa de hoy, un padre y un hijo catalanes que se van a encargar de llevarlo hasta Finisterre. Creo que es muy bonito poder decir que anémona ha llegado hasta el final de la tierra.
En fin hoy estoy cansado y destemplado pero ya estamos a tan solo 130 km del Santo y si Dios quiere el próximo lunes llegaré a la plaza del Obradoiro con mi bicicleta. Mañana más y mejor, seguro. Salud para todos.
P.D: nuestro amigo Alberto de la asociacion gaudisse ha publicado algo muy bonito sobre anémona en el facebook de su asociación. Os recomiendo mirarlo, este guerrero es muy grande.
