Miguel Iñiguez y su crónica correspondiente a la VI etapa
- Rafael Lago Gomez
- 30 ago 2019
- 3 Min. de lectura

Etapa 6 de Cuenca a Valdeolivas (67 km).
Hola de nuevo desde el camino. Ufff, hoy ha sido otro día intensísimo. Esta mañana me he levantado a las 7 para bajar a desayunar mientras hacía tiempo ya que hasta las 8 no llegaba la señora del hostal para poder sacar la bicicleta.
Como el día anterior, no he encontrado ninguna máquina a presión para limpiar bien la cadena, mi prioridad era buscar una gasolinera mientras salía de Cuenca. Y la magia del camino apareció de nuevo y me hizo toparme con un tipo estupendo del servicio de limpieza municipal que andaba limpiando las aceras con un compresor y accedió encantado a limpiarme la cadena, un pequeño gesto que para mí fue el comienzo de un buen día. Solucionado esto decidí volver hacia el casco antiguo y hacer las fotos de rigor a las Casas Colgadas que habían quedado pendientes.
Al final salía hacia Valdeolivas sobre las 9:30 con la intención de llegar para comer ya que en este pueblo tiene casa el marido de mi sobrina y no tenía de que preocuparme para dormir. Me propuse gestionar bien la jornada para no forzar las piernas ya que arrastro unas molestias en una rodilla inflamada que me han obligado a tomar antiinflamatorios los dos últimos días y una rozadura en la ingle que me está impidiendo disfrutar plenamente de la ruta.
He continuado evitando los senderos y he ido parando a menudo para relajar las piernas. A falta de unos 20 km para llegar a Valdeolivas he parado en un bar de Cañameras y me he tomado una coca-cola y una barrita de chocolate para afrontar el final de la etapa y ahí es cuando el destino ha querido regalarme otro momento maravilloso.
Cuando me disponía a marchar el dueño del local que tenía acento extranjero me ha preguntado que si era cierto que venía de Benidorm y hemos entrado conversación.
Al explicarle el motivo de mi viaje y lo que significaba anémona me ha dicho que como podría el colaborar a lo que le he contestado que entrase en el facebook y vería el número de cuenta.
Entonces ha venido hacia mí con un billete de 10 € en la mano para entregármelo y al negarme yo a cogérselo creyendo que no me había entendido bien ha insistido diciéndome que eso no era para anémona que era para mis gastos del día que a anémona ya le haría el un ingreso mayor.
Debo reconocer que se me han saltado las lágrimas y he tenido que salir pitando de allí muy emocionado.
Muchas gracias Geno y Mariana por vuestro gran corazón os deseo que la vida os trate también como vosotros me habéis tratado a mí y no me olvido de decir que sois de Bulgaria como tú me pediste.
Volví a la ruta y llegué sobre las 14:30 a Valdeolivas dónde me estaban esperando mi hermano y su yerno que se habían desplazado desde Madrid para esperarme en la plaza del Ayuntamiento. A partir de ahí me he sentido como si fuese uno más del pueblo.
Hemos estado tomando algo en la plaza me han llevado a su casa y me han preparado una barbacoa con los amigos y después me han llevado a una zona maravillosa con un río para bañarnos. Después vuelta para cenar y he vuelto a la plaza para despedirme de sus gentes y poder retornar mañana al camino.
Para mañana no he planificado nada así que no sé donde dormir ya que tengo que ver cómo me responden las piernas. A medida que avance la jornada intentaré llamar a algún Ayuntamiento para buscar albergue. Antes de terminar quiero agradecer todo lo que han hecho por mí a Quique, a su madre la señora Carmen, a sus hermanas y amigos.
Gracias de corazón. Algún día volveré, pero esa vez lo haré en coche y con mi familia si es posible para disfrutar de otro buen rato con vosotros.
P.D: no os olvidéis de enseñarle la foto a la señora Carmen y darle un beso de mi parte decidle que ha salido muy guapa.

















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