¿Feliz año? ... y una mierda como un piano
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Ya hemos terminado la preciosa época navideña donde todo son abrazos y saludos a la gente que durante el resto del año no hacemos ni puñetero caso. Felicitaciones por whatssap a los que vamos poniendo a parir por la espalda en cuanto se dan la vuelta, tarjetitas ridículas en el facebook llenas de buenos deseos, a los que en cuanto que pasen los reyes vas a criticar.
Menos mal que ya conocen a este que habla, el alacrán cojonero. No he perdido el tiempo en hipocresías en estas fiestas. A los que me han felicitado, sabiendo que por la espalda me ponen fino, ni me he molestado en contestarles, y no he perdido el tiempo en mandar felicitaciones génericas y vacías de sinceridad, que lo único que buscan es quedar bien.
Tal vez por ello me he comido las uvas en la sala de urgencias; alguna maldición me habrán echado, pero les prometo a mis lectores y oyentes, que no dejare de ser en este 2018, el mismo alacrán tocapelotas, que tanto jode a muchos, pero que tanto gusta a la mayoría.
Terminaré; si llego, el 2018 de igual manera que el 2017, sin dinero en el banco, pero con la satisfacción de salir a la calle con la cabeza muy alta, y convencido de lo que hago, y al que no le guste, que lea otro periódico, o que cambie de emisora.
¿Feliz 2018?... y una mierda.